Ojalá lo supiera. Lucho por ello. De momento, para o paliarlo, voy a representar, como actor, un monólogo basado en una novela mía. Actor, siempre soñé con serlo...!

Relajada y deliciosa. Hablo de la novela y los lectores me escuchan en silencio emocionado. Es hermoso. A mi padre le gusta.

La muerte de una mujer que estuvo mucho tiempo en mi vida.

NO, la maldad de la realidad es mucho más amplia, superior. Los malos de la realidad son mucho más malos que los escritores que inventan historias de malvados.

Yo también. En el libro hablo de un día que pasamos en Madrid, los dos juntos, en diciembre de 1975. Pienso que lo que más me gustaría del mundo es repetir hoy ese día. Y conversar.

Sí. Pero cuando estaba en su lecho de muerte. M emigró, me oyó, trató de responderme y no pudo. este libro trata de saber qué quiso decirme.

Primero habría que definir qué es, entonces, un escritor. Yo no me defino, aunque más o menos creo que mi tarea consiste en enamorarme de una historia y luego tratar d rebuscar las palabras adecuadas para que el lector se enamore también.

Creo que la lectura debe seducir, y creo que toda persona tiene un libro que le puede convertir en lector. A mí me hizo lector leer cómics, ver películas, oír a mis padres contar historias... Y, por supuesto, los libros. Pero ya llegué a los libros seducido por todo eso.

Me hubiese gustado escuchar lo que esta lectura había desencadenado en él. Hablar del libro y, de rebote, de nosotros. Ojalá hubiera entendido que debí mantener esa larga conversación cuando él vivía.

Voy a menudo con mis novelas juveniles, muy a menudo, a encuentros en centros escolares, tal vez en alguna de esas sea posible.

Ficciones, de Jorge Luis Borges, es mi libro favorito. Pasan las décadas y no hallo otro que le quite el puesto.

No me lo he planteado. Yo considero La isla del padre una novela en la que salen elementos de mi biografía.

Escritor, sin duda. Y luego editor. Escribir guiones no me gusta, me crea ansiedad. Se escribe para que luego las circunstancias de rodaje, etc., vayan empeorando lo escrito. Me encanta ver mis novelas en la pantalla, pero mejor que las escriba otro.

Decía Borges que lo único a lo que un hombre cabal puede aspirar es al olvido. Lo suscribo. Ningún escritor puede vaticinar eso. El futuro es dueño de sí mismo.

Gracias, te lo agradezco. Lo ignoro, pero ciertamente no me quita el sueño. Creo que lo grave es no poder publicar, y yo lo hago en condiciones muy buenas. Mientras eso siga siendo así, el resto es secundario. Gracias.

Es etéreo y conceptual. No comienzo a escribir hasta que "veo" el color que ha de predominar en la novela. Ese es el escenario. Y cuando lo veo en la imaginación escribió. Ese color marca el tono.

¿Mi éxito? Creo que es una expresión excesiva, jaja. MI mayor éxito es que escribo lo que quiero y lo veo publicado, y también que nunca escribo una línea que no me aparece escribir.

Aún no sé fechas, las publicaré en mi muro de Facebook. En A Coruña aún no, iré en septiembre a presentar el libro con calma.

Observo la realidad y me observo a mí. Y cuando hallo algo que me interesa mucho, le doy vueltas hasta saber si es posible novelarlo. Y si lo es me pongo a ello.

Me hace feliz escribir una historia que realmente me guste. El formato o público me da igual.

Escribiré sobre la muerte de alguien que falleció hace tres años. Será mucho más difícil que La isla del padre, que también habla de la muerte...

Me gusta especialmente la historia de La Corporación, de Esta noche moriré. Creo que tratando de inventar una trama criminal hallé una organización criminal verdadera.

Sí, por decirlo gráficamente, hasta en los manuales de cocina. El autor de un libero siempre se refleja en el libro. Es inevitable.

Yo creo que esa aparente amplitud proviene en realidad de quien posteriormente cataloga lo que hago. MI percepción es que me siento a contar la historia que deseo contar y luego otros la clasifican. Me alegra dar una sensación de imprevisible.

Mucha. El cine salvó la vida del adolescente que yo era en el Bilbao de los años sesenta y primeros setenta, una ciudad sucia y gris, contaminada, franquista, donde solo se podía estudiar carreras de ciencias... Yo iba al cine cuanto podía, y allí, dentro de la pantalla, vivía y soñaba que otra vida tenía que existir en alguna parte. El cine de decidió a salir a buscar esa vida.

Ah! Buena pregunta! Ojalá lo supiera. Lo ignoro por completo. Fantaseo con la idea de que él resucita 24 horas, yo le dejo mi novela, él invierte 4 horas en leerla y luego dedicamos las otras 20 a hablar del libro.

Maravilloso. Cambió por completo mi vida. Un instante de felicidad, de frontera, de asombro ante la realidad que, esta vez, me tocaba a mí vivir.

Desde hace décadas hay diversos proyectos, todos truncados, por llevar al cine mi novela Esta noche moriré. Hace una semana se abortó el último. Pero, milagrosamente, surgió un proyecto nuevo a los dos días. Me pregunto si no será una secreta conspiración de objetivo impredecible.

El Mal es el origen de casi todo, el contrapeso de la Naturaleza, siempre invicto sobre ella. Influye en todo, y también en mis novelas. Como escritor me atrae más el Mal que el Bien, si es que se puede hacer una línea nítida.

NO tengo más que un libro de más de 500 páginas. Y procuro que sean cada vez más cortos. Pero es cierto que se ven muchos libros de dimensiones agotadoras. Supongo que es una moda comercial. la extensión de los libros no tiene nada que ver con la calidad.

Mis padres eran extraordinarios contadores de películas y libros. Creo que eso nos atrajo (incluyo a mi hermano Luis, cineasta) y nos convirtió en parte en lo que somos. Yo quería ser cineasta. No lo logré, pero acabé escribiendo novelas. Mi sueño, lo que más me habría gustado, es ser cineasta en la época d ella invención del cine.

¿Edad de oro? No. Creo que está sitiada por las circunstancias a las que nuestra sociedad ha llegado. Está en peligro de semi extinción, en todo caso. Digo semi porque considero que la extinción de la literatura es imposible.

No, yo las escribo con el mismo interés. Me divierten igualmente.

Cada vez más. Cada vez me lleva más tiempo encontrar un tema que me interese y apasione. Mis últimas novelas son de 2005, 2010 y esta última de 2015. Las últimas juveniles, de 2004, 2007 y 2010. Lo difícil es tener claro qué se quiere contar.

En todo caso, para intentar que queden redondas. La perfección no está al alcance de los novelistas, por suerte. Sencillamente, vuelvo a ellas una y otra vez, hasta que ya no encuentro nada que matizar o hasta que digo "hasta aquí". A veces pienso que cualquier escritor del mundo podría pasar su vida entera matizando un solo folio.

Desearía que no. Es un momento muy bueno, pero todo pasa, y así ha de ser. Es inevitable. Lo pienso siempre que me ocurre algo muy bueno, como ha sido el caso de La isla del padre. Pasará. la tormenta se llevará el recuerdo.

No supone el menor trauma. Cada novela tiene su tono. Todas las de adultos lo tienen, las de jóvenes también. Cuando empiezo una novela nueva el problema es saber qué quiero contar y hallar el tono. Es indiferente el tipo de público.

Quería hablar de él y de la relación que tuvimos. Nunca pensé que lo convertiría en personaje de novela. La idea surgió cuando lo supe muy enfermo y lo vi al borde de la muerte.

Muy a menudo y desde tiempo inmemorial. Ya me he acostumbrado, vivo con ello, jaja. Creo que mi padre y el suyo tenían algún remoto parentesco. Eso es todo.

Sí, aunque todavía no sé horarios ni espacios. El 14 de junio seguro y probablemente el 30 y 31. El segundo fin de semana seguro que no. En Facebook lo contaré cuando lo sepa.

Soy muy poco extravagante, casi aburrido. Me recluyo, claro, creo que hay que escribir "oculto" del mundo; y ni escucho música ni utiliza o plumas especiales, ni me pongo aquella corbata con historia que conservo... Me siento con un café t escribo, sin más. Eso sí, a las 5 de la madrugada.

Al principio, muy al principio, en los libros que me fascinaban. Creo que un escritor que empieza siempre copia, de un modo u otro. Ahora no me inspiro en otros (o eso creo). Empiezo a escribir cuando algo que observo -o siento- me enamora.